miércoles, 29 de diciembre de 2021

El Espectador

Hace 100 años, José Ortega y Gasset montó una revista que publicaba cuando quería, en la que escribía de lo que quería y en la que era el único articulista. Vamos, que inventó el blog
Como no se había inventado Internet,  la revista era en papel y se tenía que distribuir a los puntos de venta. Le salía bastante más caro que un blog. Pero era un pensador de éxito  (ya decía El Guerra, tie que haber gente pa to), no fue un desastre económico.
He leído uma selección de artículos. Algunos hablan de una realidad que todavía existía cuando se hizo la selección, pero ya no. Ésos son prescindibles. Otros manifiestan la desazón del autor por problemas que empezaban a asomar como el vaciado de la Meseta o el afán de notoriedad pública. Son artículos que te hacen consultar la wikipedia para asegurarte de que se escribieron hace un siglo. Y, finalmente, están los artículos que me han inquietado. Hablan de la necesidad de recuperar cierto primitivismo, el hombre salvaje, el hombre guerrero; para agitar las masas adormecidas. Viendo lo que pasó en la década y media siguiente, uno piensa que tal vez esas ideas mal digeridas pudieron desencadenar la catástrofe.



viernes, 17 de diciembre de 2021

Y líbranos del mal

En las estafas piramidales, todos estamos de acuerdo en que los de la cúspide son culpables. Pero, ¿y los niveles intermedios? Esos que han sido estafados pero, a su vez, estafan a otros para recuperar el dinero. Dirán que no sabían nada, que todo lo hicieron de buena fe.

Más complicado es juzgar a los mandos intermedios de esas estafas piramidales emocionales que conocemos como sectas. Aunque a algunas no las llamamos sectas porque están amparadas por una religión oficial.

El protagonista de Y líbranos del mal es un adolescente que viaja por primera vez al país de su padre, Perú, cuando su abuela necesita ayuda. Poco a poco va descubriendo el pasado oscuro de su padre. Cómo fue a la vez víctima y victimario de ese veneno que se llama fanatismo.



sábado, 4 de diciembre de 2021

Fábulas y ciudades.

El refrito literario no es un invento actual. Este libro se publicó en 1961 y es una recopilación de artículos publicados anteriormente. La verdad, no sé a quién se le ocurrió una buena idea reunirlos y editarlos. No sé cómo alguien pensó que esa recopilación se podía colar en una colección de esas que se anuncian en televisión en septiembre y en enero. Y no tengo la menor idea de qué pasó por mi cabeza para adquirirlo en un mercadillo de segunda mano. Pero las tres me parecen malas decisiones.


domingo, 21 de noviembre de 2021

La suerte del debutante

Esta novela uenta las desventuras de un adolescente a finales de los setenta al que la vida le golpea con el cáncer de su madre y el párkinson de su padre. El autor avisa de que todo es ficción. Hasta las ciudades en las que transcurre. Pero, que la gran capital se llame Barcino (como Barcelona en época romana), que la ciudad grande cercana se llame Iluro (como Mataró en ídem), que los precios estén en pesetas, que el mar esté cerca y otras cosas más, te hace pensar que la acción transcurre en el Maresme. Uno se hace una composición tan nítida del lugar, que cuando aparecen máquinas tragaperras (que a España no llegaron hasta el 81), o monedas de cien pesetas (que no aparecieron hasta mediados de los 80), en vez de recordar que es ficción, lo primero que pensamos es que es un error de documentación.

Al protagonista le envuelven todas las circunstancias (carencias económicas, malas compañías, ausencia de control parental...) para pasarse al lado chungo de la ley.

Como todas las novelas de Esteban Navarro, ésta se lee fácil, con avidez... hasta los últimos capítulos. El final de la novela resulta incomprensible.



viernes, 12 de noviembre de 2021

Marcas de agua.

- Inténtalo, pero la tecnología no puede sustituir a una experta historiadora.

Me llevé a casa las copias de las actas de la "Sociedad Filantrópica Construcción de un Nuevo Mundo" que me dio Sara con un gesto desafiante.

Pasé la primera acta por mi prototipo de OCR para manuscritos. En diagonal, sobre el texto escaneado, aparecía una marca de agua con el texto DETENTE.

Revisé el papel minuciosamente buscando por qué mi programa mostraba una palabra que no aparecía ni una sola vez en el texto. Al final, lo vi. En el centro de la página, saltando de una línea a la siguiente, en diagonal, aparecían la letras "detente".

¡Vaya casualidad!

Escaneé la segunda. Apareció otra marca de agua. NO TE HEMOS INVITADO. Ahora ya sabía dónde buscar. En el centro, en diagonal, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, estaba la secuencia de letras,

Empezaba a asustarme. En la tercera apareció EL DIABLO SOLO ACEPTA A SUS ADEPTOS. Ni me molesté en buscarlo.

Escaneé la cuarta. MORIRÁS EN LA PRÓXIMA REUNIÓN.

Fui tan rápido como pude hasta la biblioteca. Cuando llegué, Sara tenía apoyada la cabeza sobre la quinta acta. Parecía dormida.

sábado, 30 de octubre de 2021

Antonia

Leer esta novela es como ver una película del Berlanga joven, si Berlanga no hubiese tenido que torear a la censura. Un retrato de los que perdieron la Guerra Civil sin combatir en ella. Las peripecias de Antonia desde su más tierna edad para salir adelante contra todos los obstáculos que se encontró retratan la durísima postguerra y el inicio del desarrollismo. Resulta enternecedora su fidelidad a unas leyes universales que la perjudicaban. Que aguante tanto tiempo al cabronazo de su padre no tiene lógica alguna.


P.D. Ahora mismo está incluida en Amazon Prime Reading. Así que si eres de los que quieren un bolígrafo y te lo tienen que traer mañana y no estás dispuesto a pagar por lo que alguien ha escrito, no tienes excusa para piratearlo.

sábado, 16 de octubre de 2021

El peso de los muertos.

 Hace cuatro meses leí por primera vez un libro de Víctor del Árbol: La tristeza de Samurái. Me gustó y, cuatro meses después, he leído otro: El peso de los muertos. Me ha gustado bastante menos. Se parecen demasiado. Un personaje malo, malísimo, que hace fortuna torturando gente durante la Guerra Civil. Conserva su fortuna, su poder y su sadismo hasta el tardofranquismo. Otros personajes, víctimas del primero, dedican su vida a intentar hacer pagar al primero algo del mucho dolor causado. Secundarios igual de desquiciados que los personajes principales. Retratos minuciosos del mal. Si los hubiese leído en orden inverso, El peso de los muertos me hubiese gustado y La tristeza del Samurái me hubiese decepcionado. e aconsejo leer uno de los dos. O dejar pasar más tiempo entre uno y otro.



miércoles, 6 de octubre de 2021

Miss Marte

 Manuel Jabois es un escritor de frases deslumbrantes. Me gustan mucho sus artículos periodísticos. Pero eso no es garantía de que también resulte un buen novelista. Pues resulta que lo es.
Miss Marte relata la historia de una periodista que decide rodar un documental sobre un suceso ocurrido veinticinco años atrás en una mediana población de la costa gallega. Una adolescente llegó acompañada de una niña pequeña y su llegada alteró la vida del tranquilo pueblo. En pocos meses se enamora y enamora al hijo del casi cacique local. Durante el rodaje del documental, habla con los que la conocieron y vamos asistiendo a su temprana boda, su ocultación del pasado, la desaparición de la pequeña el día de la boda y la muerte de la protagonista.



lunes, 27 de septiembre de 2021

Quintin Durward.

Una entretenida novela de aventuras. Lo mejor de la novela, la ironía del autor. Lo peor, la previsibilidad de la trama. Pero, ¿a quién no le gusta que acaben ganando los buenos y las parejas de enamorados puedan vencer todos los obstáculos? Aunque, buenos, buenos, sólo aparecen dos personajes, la parejita. Los demás son pérfidos, violentos, hipócritas, traidores, flipados o, en el mejor de los casos, unos brutos.



domingo, 29 de agosto de 2021

Extraviadas ilustres.

Hubo un tiempo en que tenía un síndrome de Diógenes editorial. Libro con precio chollo que pasaba por mis mis manos, libro que adquiría y conservaba. Sólo así se explica que ahora posea este librito. Lo regaló la revista Qué Leer y recogía artículos previamente publicados por La Vanguardia: una colección de 10 biografías cortas (seis o siete páginas cada una) de mujeres que intentaron romper los corsés occidentales en la primera mitad del siglo XX. Todas lo consiguieron logrando, a cambio, mucho más escándalo social que felicidad personal.

Queda mucho camino por recorrer en la igualdad entre mujeres y hombres. Pero este libro recuerda que se ha avanzado mucho en el último siglo. Esta observación no debería llevarnos a la complacencia, pero sí al optimismo de que se puede conseguir.



sábado, 21 de agosto de 2021

El Club de la Buena Estrella.

Si la brecha generacional hace que las hijas no entiendan a sus madres, en ningúna época, en ninguna cultura; imagínate qué entendiminto puede haber entre las migrantes y sus hijas. Las barreras culturales e idiomáticas ahondarán las diferencias entre las madres y las hijas.

El Club de la Buena Estrella va de eso, de una mujer treintañera norteamericana que ve cómo su madre china se muere sin haberla entendido. De los esfuerzos que hace para entenderla a partir de ese momento. De un viaje a las raíces que le permitirá vislumbrar por qué su madre era como era y, de rebote,  qué parte de su madre sigue vigente en la hija sin haberse dado cuenta.



viernes, 30 de julio de 2021

El hombre que no era nadie.


Tengo cierta alergia a esas novelas inglesas en las que los personajes viven dramas horribles al arruinarse y tener que malvivir sólo con cuatro criados. En las que los personajes que se ganan la vida trabajando casi nunca tienen nombre, nunca tienen apellido y se identifican por su profesión. 

"El hombre que no era nadie" es de esas novelas. Aún así, tiene cierto interés y resulta una lectura agradable cerca del agua, donde los gritos de los niños y  las escuetas indumentarias de baño dificultan la concentración necesaria para la lectura. Entretenida, a pesar de algunas inverisimilitudes y la prebisibilidad de un final que quiere ser sorprendente.


martes, 27 de julio de 2021

Las aventuras de Tom Sawyer

Una novela infantil que ahora estaría prohibida: racista, promueve el consumo de alcohol y tabaco entre menores... O peor, aún: la adaptarían.  Y aprovecharían para cargarse lo que resulta de verdad revolucionario para la sociedad actual. Niños que toman sus decisiones y cargan con las consecuencias si estas decisiones son erróneas. Todo muy lejos de los niños hiperplanificados y sobreprotegidos que criamos hoy. Yo, el primero.

domingo, 11 de julio de 2021

Eloísa está debajo de un amendro.

Una comedia que me hizo sonreír al principio. Diálogos chispeantes que me llevaban a las películas de Berlanga. Pero, a medida que avanzaba la trama, todo se volvió demasiado surrealista. Habla del declive de una clase social que ya no se parece ni a lo que era entonces ni a lo que pintaba el autor. Era moderna entonces. Como esos muebles que en los setenta nos parecían futuristas y ahora nos parecen arcaicos.



martes, 6 de julio de 2021

Mío Cid. Juglaría para el siglo XXI.

En los últimos años, lustros, más bien; se ha puesto de moda modernizar los clásicos. Así, lo mismo te encontrabas un Ricardo III ambientado en la cocina de un restaurante de lujo que veías a Don Juan convertido en un chapero.
Ver lo que había hecho José Luis Gómez con el Cid me atraía, pero la coletilla del "siglo XXI" me asustaba. Nada más lejos de la realidad. José Luis Gómez se presenta en el escenario casi tan desnudo como un juglar medieval. Una pianista haciendo efectos sonoros y una pantalla sobre la que se proyectan algunas siluetas, son los únicos acompañamientos. Todo el peso de la obra se fía al talento del actor. Gómez derrocha oficio para contarnos la leyenda del Cid en el arcaico castellano original y hacer que la historia desborde el verso y la distancia idiomática para resultarnos cercana.

https://www.festivaldealmagro.com/programa/mio-cid-juglaria-para-el-siglo-xxi/



jueves, 24 de junio de 2021

La tristeza del samurái.

Un asesinato cometido durante la postguerra emponzoña la vida de un montón de gente. Las venganzas y las represalias acaban a finales de los ochenta. Una novela absorbente, aunque a ratos haya demasiado dolor y demasiada maldad hasta para una obra de ficción.



lunes, 7 de junio de 2021

Un año de prácticas.

Yo me esperaba una novela de policías: un asesinato (o varios) y un policía (o detective, o escritor) que se dedica a descubrir el asesino. Los buenos autores de novela negra aprovechan estos ingredientes para retratar y criticar una sociedad.

Me he encontrado una novela sobre policías, que no es exactamente lo mismo. A las pocas páginas, aparece el asesinado. Una policía en prácticas descubre que su pistola ha intervenido en el asesinato. Pero, cuando todo parecía encaminarse a los desvelos de la aspirante a policía para descubrir los auténticos asesinos, el asesinato pierde protagonismo. La novela acaba centrándose en la vida íntima (amores, familia...) de la aspirante y en la corrupción que invade toda la policía. Por cierto, es la única manera de que la corrupción quede impune, si todos los afectados sacan tajada, nadie hará nada por atajarla.

Lo mejor de Esteban Navarro es que escribe novelas de lectura fácil, con lo difícil que es eso. Lo peor, los giros argumentales, que desconciertan más que sorprenden. Una lectura amena y barata.




domingo, 30 de mayo de 2021

La agente de La Eternidad

 

Me habían cancelado el vuelo y llevaba tres horas esperando en el aeropuerto al avión en que me habían recolocado. Nunca acepto llamadas de números desconocidos en mi teléfono personal. Pero aquel día estaba muy aburrido y necesitaba hablar con alguien de cualquier cosa. La mujer que llamaba se identificó como agente de Seguros La Eternidad y dijo llamarse María.

-        ¿Tiene usted seguro de decesos? - Me dijo yendo al grano y con un tono desconcertantemente alegre.

-        Tengo seguro de vida. - Mentí.

-        Pero, ¿tiene cubierta la garantía de decesos?

-        No lo sé. ¿Qué es eso?

-        Perdone. Nos aconsejan usar un lenguaje técnico y aséptico, pero la gente no nos entiende. Seré más clara. ¿Tiene usted pagado su entierro?

-        No, eso no.

Me acordé de mis padres y su obsesión por tener en un cajón del recibidor el importe exacto por si venia “el señor de los muertos” y ellos no estaban en casa.

-        ¿Ha tenido que gestionar usted el entierro de un ser querido?

El último había sido mi padre. Mi relación con él nunca había sido buena, pero eso no se lo iba a contar a la teleoperadora.

-        Sí. Es ley de vida, ¿no?

-        ¿No le hubiese gustado encontrarse todo resuelto y dedicarse sólo a gestionar su dolor?.

-        Sí, supongo que sí.

-        ¿Le gustaría liberar a su familia de esa desagradable obligación?

Mi familia se reduce a un hijo que vive lejos. Frío y eficiente como su madre. El día que me muera estará más a gusto departiendo con el de la funeraria que recibiendo el pésame de mis pocos amigos y mis muchos compañeros de trabajo.

-        Sí.

A esa pregunta no puedes responder que no. Pero soné lo suficientemente dubitativo como para que la agente se diera cuenta de que debía cambiar de táctica.

-        ¿Es usted religioso?

-        No.

-        ¿Cree usted que hay algo después de la muerte?

-        No tengo ninguna prueba de que exista algo así.

-        El último acto en el que usted será el protagonista será su funeral. ¿No cree que tenemos derecho a escoger por nosotros mismos cómo queremos que sea nuestro último paso por la Tierra?

Aquella agente era muy buena. Había conseguido interesarme en su producto.

-        ¿Le puedo explicar las características de nuestro seguro de decesos?

-        Como comprenderá, no quiero decidir cómo será mi despedida de este mundo en una conversación telefónica. ¿Cuántos malentendidos se pueden dar?.

-        Por supuesto. Si me da una dirección de correo electrónico le envío toda la información por escrito.

Ojalá tuviésemos en mi empresa tres o cuatro agentes comerciales así.

-        Sí, tome nota.

A los cinco minutos, mi teléfono vibró. Vibra muchas veces a lo largo del día, pero supe que me avisaba de un correo electrónico de Seguros La Eternidad. Saqué el móvil del bolsillo y confirmé mi intuición. En aquel momento, anunciaron el embarque de mi vuelo. Apagué el teléfono y observe, como siempre, sorprendido, a la gente que se aceleraba para ocupar una mejor posición en una cola que le permitiría acceder a un asiento que ya tenían asignado en un avión que no se dirigiría hacia la pista de despegue hasta que hubiese subido el último pasajero.

Al día siguiente, leí la documentación que venía en el correo. Estaba bien escrita. Resultaba mucho más amena que la publicidad con que nos bombardean las compañías  de seguros normalmente. Se entendía e incitaba a planificar tu propio sepelio.

Una semana después, mi interés por mi entierro se había enfriado. Pero, de vez en cuando, me sorprendía imaginando algún detalle del mismo. La agente de La Eternidad debía de tener calculado el momento exacto en que podía insistir sobre el tema cuando ya no resultaba pesada y antes de que el cliente objetivo perdiese el interés.

-        Buenos días. Soy María. Hace una semana estuvimos hablando sobre la posibilidad de dejar planificado su funeral. Me pareció que estaba interesado.

-        Pues sí, me interesó. Pero todavia no he tomado una decisión.

-        ¿Quiere que repasemos los detalles?  Le voy preguntando, sin ningún compromiso. No estamos grabando nada. Le ayudará a resolver sus dudas.

Por primera vez, María me resultó un poco invasiva. Pero accedí.

-        Vale.

-        ¿Cómo quiere devolver su cuerpo a la naturaleza?

No entendí la pregunta y lo notó. Empezó a enumerar.

-        Enterramiento, donación a la ciencia, cremación...

-        Lo más ecológico me parece dejar my cuerpo en el campo y que se lo coman los buitres.

No captó o no quiso captar la broma. Quizás estaba haciendo un alarde del amplio abanico de servicios de su empresa.

-        En Europa no está permitido en ningún país. Deberíamos trasladar el cadaver a un estado cuyas leyes admitan este tipo de sepelio.

-        Es broma. Quiero que me incineren. De pequeño vi una película en la que enterraban a una persona viva.

-        Creo recordar que no profesaba ninguna religión. ¿Desea un funeral laico?

-        Sí.

-        ¿Desea flores?

-        Sí, pero no muchas. Algo discreto.

-        ¿Alguna preferencia?

-        Claveles. Siempre he envidiado a los portugueses, que supieron sacarse de encima la dictadura sin pegar un tiro y sin aguantar a ningún heredero del dictador.

-        ¿Qué música prefiere?

-        Algo de música clásica.

-        ¿Cuántos músicos?

-        Ninguno. Música grabada. Destrozar el réquiem de Mozart en un teclado eléctrico me parece un atentado imperdonable al buen gusto.

-        ¿Quiere escoger algún texto?

-        Sí, claro. Si le dejan escoger a mi hijo, es capaz de despedirme con alguna estupidez de Coelho.

-        ¿Qué texto quiere?

-        “Amor constante, más allá de la muerte”.  El soneto de Quevedo. Me parece la más bella blasfemia jamás escrita.

-        ¿Lo dedicamos a alguien?¿Hacemos referencia a alguien?

-        A nadie. Cuatro o cinco pensarán que lo he escogido pensando en ellas. Pero la destinataria real nunca lo escuchará.

Luego, la conversación tomó otros derroteros más prácticos y aburridos: número de recordatorios, modelo de ataúd, cátering en la vela... La verdad, todas esas cosas ya me interesaban poco y escogí lo más barato. Cuando acabamos y aplicó la tarifa, salió un precio bastante bajo.

Fue una gran idea. Estoy contento de haber escogido mi funeral y haber librado a mi hijo de ese trago. Ha quedado como yo quería. Sólo cambiaría una cosa. En mi afán por rebajar el precio, escogí la opción “fecha valle”. En funeral se debía celebrar cuando a La Eternidad tuviese menos demanda. ¡Joder! ¡Qué estrecho es este ataúd! ¡Y qué calor empieza a hacer!

viernes, 28 de mayo de 2021

La beca

 La beca.

El Director General de la empresa patrocinadora me acababa de entregar la XXXIV Beca Manufacturas Laplace para Estudios Universitarios en el Extranjero al mejor estudiante de bachillerato de mi ciudad. Allí estaban, orgullosos de mí, aplaudiéndome mis compañeros de clase, mis profesores y, en la primera fila, mi padre. Recibía feliz las felicitaciones y las palmadas en la espalda. Todos sus esfuerzos por hacer de mí un estudiante modelo habían dado resultado.

Yo también estaba feliz. Los próximos años los pasaría alejado del hombre que tantas palizas me había dado cada vez que me apartaba un poco del camino que había trazado para mí.


domingo, 23 de mayo de 2021

Europa Mon Amour - España Mon Amour.

A principios de los 90, los españoles estábamos acomplejados respecto a nuestros vecinos del norte.  La iglesia católica tenía demasiado poder para el que se supone en un estado aconfesional. El ejército estaba lleno de oficiales impresentables y reclutas obligados. El periodismo radiofónico y televisivo estaba copado por profesionales más pendientes del espectáculo que de la información. La clase política está llena de vendedores de producto sin ideología. Ramón de España publicaba sus vitriólicas críticas en El País y no dejaba títere con cabeza en estos dos libros.

Treinta años después, Ramón de España publica en Crónica Global ya no hay reclutas obligados. La crítica podía ser de rabiosa actualidad, pero los dos libros han envejecido mal.



martes, 11 de mayo de 2021

Vals y su invención.

Una sátira sobre el poder. Un gobierno incompetente es chantajeado por el poseedor de un arma sumamente destructiva. Al principio, parece que el país saldrá ganando. Pero el poder corrompe y el poder absoluto corresponde absolutamente. Así que a los cuatro días todo vuelve a estar tan mal como antes.

La traducción es infame, con algunos errores gramaticales escandalosos. Los elementos sarcásticos han perdido frescura. En resumen, un tostón. Lo compré para que  Nabokov dejara de ser un autor monolibro para mí,  pero lo sigue siendo.



domingo, 2 de mayo de 2021

La Fiesta del Chivo

Una buena novela en la que Vargas Llosa retrata el final de la dictadura trujillista en la República Dominicana. Lo hace narrando en paralelo los últimos días de Rafael Leónidas Trujillo Molina, las horas previas de los que prepararon en el atentado y el impacto brutal de la tiranía sobre una adolescente.

Por muy brutal, inteligente y fuerte que sea un tirano, para mantenerse en el poder necesita que haya suficiente gente que le apoye. Este apoyo viene de tres tipos de persona: los aprovechados, los miedosos y los fanáticos. Mejor dicho, estos son los tres factores de apoyo. En cada persona, y en cada momento, estas tres características se reparten a su manera.

Para que alguien se convierta en un tirano, necesita una masa crítica de fanáticos que crean en él. Son la base sobre la que sustenta una tiranía. Gente que cree que el tirano hará un país mejor sin haber recibido ninguna prueba.

El apoyo de los aprovechados se consigue repartiendo dádivas. El problema es que la ambición de los aprovechados es siempre creciente, más que el crecimiento económico que son capaces de generar las tiranías. Cuando ya se ha robado todo a los no afines, no puedes premiar a un aprovechado sin quitarle a otro. Cuando haces perder (dinero, poder, posición...) a un aprovechado, empiezas a perder su apoyo, pero lo puedes mantener con el miedo.

El apoyo de los miedosos se consigue con la amenaza de perder cosas: propiedades, libertad, seres queridos, la vida. Para que sea efectivo, las amenazas deben cumplirse de vez en cuando. Si no, dejan de ser creíbles. Y tienen que ser crecientes, cuando te han quitado una cosa, no te la pueden volver a quitar. Pero llega un momento en que el amedrentado ya no tiene nada que perder y, entonces, deja de tener miedo.

Todo este entramado de aprovechados y amedrentados acaba socavando el fanatismo. Llega un momento en que es imposible no ver que el tirano roba y castiga a los que no lo merecen (ni siquiera a ojos de los fanáticos).

Como una regla casi matemática, las tiranías se dirigen hacia su colapso. Este puede llegar de manera abrupta, con una revolución. O de manera ordenada, con una transición, Para que se produzca una transición, hay que gestionar los mismos factores que auparon la tiranía. Que los que tienen sigan teniendo mucho, aunque sea algo menos. Que los que no tienen tengan algo. Que los que amenazan serán los amenazados si triunfa la revolución. Que los que se pueden rebelar serán duramente castigados si no triunfa la rebelión. Que la transición es una maravilla de concordia y paz.

Mario Vargas Llosa retrata a Joaquín Balaguer como un magnífico muñidor de la transición dominicana. Cuando el país se dirigía al caos tras el atentado en el que murió Trujillo y la brutal represión indiscriminada que le sucedió, Balaguer hizo que todo el mundo tragara suficientes sapos como para encaminar el país hacia la democracia. Balaguer fue el mayor sapo que se tragó la sociedad dominicana al evolucionar de Presidente Pelele a Presidente Democrático.



sábado, 27 de marzo de 2021

Vida

Acabo de leer un libro de un astrólogo que reniega de la medicina. La obra está llena de enlaces y referencias a otras obras del autor en un ejercicio de márqueting circular ejemplar. Diego Torres presume con desvergonzada falsa modestia de sus éxitos y se queja de los trolls que se amparan en el anonimato para criticarle. Hace tres siglos ya pasaban estas cosas.

Esta autobiografía tiene cosas interesantes, como ver que las cátedras de matemáticas pasaban mucho tiempo vacantes por falta de candidatos. Pero resulta aburrida. Sumisa ante los poderosos. Enumera hechos pero no los explica. No sé cómo llegó este libro a mis manos,  pero no hubiese perdido mucho si no hubiese llegado.

Si vas a comprar a https://maps.app.goo.gl/xHZfKu822vsBNxGn7 puedes aprovechar para recogerlo.


lunes, 8 de marzo de 2021

Un árbol crece en Brooklyn.

La protagonista es una niña pobre, con un padre alcohólico y cariñoso y una madre que sabe que se equivocó pero sigue enamorada de ese hombre. Viven en un barrio pobre muy cerca de una Nueva York casi inaccesible. A pesar de las penurias económicas, todos están dispuestos a gastar unos pocos centavos en alguna cosa superflua que les haga feliz: una entrada para un baile, una bonita prenda de ropa, un vaso de cerveza...  La protagonista quiere escapar de su pobreza, pero no de su entorno. Y usa la única vía posible: la formación. La novela acaba cuando está a las puertas de la universidad y parece que lo ha conseguido. Uno tiene la tentación de pensar que se trata de una novela alegre a pesar de la miseria, hasta que repara en que, tras casi quinientas páginas, no ha aparecido ni una sola amiga.



viernes, 5 de febrero de 2021

Zalacaín el aventurero

 Me lo he pasado teta.

Leí esta novela por obligación, como muchos, en BUP. Entonces me divirtió mucho. No estaba seguro de que 40 años después me atrapara igual, pero lo ha hecho. El protagonista es el típico pobre espabilado, valiente y simpático que le planta cara al ricachón engreído. Una versión  para las plataformas tendría éxito. Hasta daría para polémicas en Twitter. El antagonista es malo porque es carlista, es decir, protofranquista, dirían unos. El antagonista es malo porque es fuerista, es decir, protoindependentista, dirían otros. No faltaría el purista de izquierdas indignado porque la novela ensalza a un traficante de armas. Ni la feminista que se quejaría por el blanqueamiento de los matrimonios concertados.

Lo que no me ha gustado tanto ha sido la edición que he leído. Se han limitado a digitalizar alguna de las primeras ediciones. Conserva los anacronismos ortográficos como "fué" o la conjunción "é". Y no se han preocupado ni por aplicar las reglas correctas de separación de palabras al final de palabra. ¡Cómo añoro aquellas ediciones de Austral! Pero, claro, ésta era mucho más barata, gratis en Amazon Unlimited.


viernes, 29 de enero de 2021

Balada de las noches bravas

Un niño y una niña se conocen desde pequeños y deciden ser novios. Por desgracia para ellos, será un amor eterno. Su relación está marcada por separaciones, a veces forzadas, a veces voluntarias; pero siempre dolorosas. Ella es una mala pécora. Pero es que la historia la explica él. No cuesta nada suponer que si nos explicase la historia ella, llegaríamos a la conclusión de que él es un cabronazo. Se trata relación tóxica, como tóxicas son las costumbres de los protagonistas y tóxicos son los amigos. Al final, el único personaje que cae simpático es un secundario que se dedica a espiar a todo quisque. 
Se trata de una novela voluntariamente desagradable que retrata a gente que viaja para huir, no para conocer. No resulta muy comercial.



domingo, 10 de enero de 2021

El altruista.

Llegó este libro a mi ebook porque el autor me lo regaló en una promoción que hizo por Twitter. Lo empecé a leer con los prejuicios que tengo sobre "lo gratis". No será tan bueno si lo regalan. Pero me equivoqué: la novela es buena. No tengo claro si el autor era un policía que escribía o un escritor que tenía que trabajar de policía. El caso es que se nota que conoce los entresijos de la que fue su empresa. Me gusta más la novela negra española que la americana porque lo que cuenta me resulta más próximo, más real. En este caso, mucho más real. Y lo que muestra de los medios con los que trabajaba la policía en los 90 me ha dejado un poco inquieto. No sé si habrá mejorado mucho.

El protagonista es un comisario que me recuerda al Adamsberg de Fred Vargas, aunque Navarro hace un retrato bastante más superficial de él. Se encuentra con un asesinato que le recuerda a otras muertes que se cerraron como accidentes o suicidios. Hay muchas coincidencias y ninguna prueba. Y no sigo.

Si os pica la curiosidad, podéis seguir al autor en Twitter. Ha decidido recuperar todos los derechos de sus libros y se hace él toda la promoción.

lunes, 4 de enero de 2021

Una cena bien planificada.

Había preparado concienzudamente la cena. La pandemia nos impedía ir a un restaurante y me tocaba esmerarme en los fogones. Mi próxima conquista se pasaba el día colgando fotos de protestas ecologistas en Instagram, recomendando campañas de Greenpeace en Facebook y enzarzándose en agrios debates con famosos que anunciaban embutidos en Twitter.
Me hice con tarros de vidrio para guardar todo lo que tenía en botes de plástico, compre leche de soja, escondí todos los paquetes que no llevasen una etiqueta ECO, busqué por internet vino vegano, bajé la calefacción a 18 grados para no derrochar energía, preparé unas berenjenas a la plancha con tomate en conserva y orégano del Mercadona y me vestí con ropa de algodón amarillento.
Cuando llegó, me disculpé por la temperatura.
- No podemos calentar más el planeta por un poco de confort térmico que podemos conseguir abrigándonos.
Su sonrisa me indicó que iba por el buen camino.
Corté unas rebanadas de pan y traje el aceite a la mesa.
- Es pan de espelta ecológica de Palencia. El aceite es de una cooperativa budista de Las Alpujarras. Vamos picando algo mientras se calientan las berenjenas.
Me dijo que apreciaba mucho mi sensibilidad por el medio ambiente.
- El tomate en conserva lo hice yo en verano. Sabe a tomate, no esas mierdas de invernadero. Le compro los tomates a un agricultor del Maresme que los vende en el mismo huerto y te deja cogerlos directamente de la planta.
Le pareció que era la mejor forma de garantizar el punto de maduración.
- El orégano lo compro en una herboristería ecológica. Me dicen que lo traen de La Vera, en Extremadura.
Olió el tarro de vidrio en el que lo tenía guardado y cerró los ojos para apreciar mejor los aromas.
- Las berenjenas las compro a una cooperativa del Pallars. Para garantizar la limpieza del agua y el aire, labran la tierra sin maquinaria. Usan arados romanos tirados por bueyes...
El bofetón no me dejó continuar.
- ¿Qué derecho tenemos a explotar animales para nuestro beneficio? ¡Salvaje!
El portazo me confirmó que no debo venirme arriba con las improvisaciones y que tendría ración doble de berenjenas para cenar.