sábado, 2 de mayo de 2015

La Piedra Lunar

Un diamante muy valioso llega de mala manera a manos de un misántropo recalcitrante. Dicen que el diamante lleva consigo una maldición. Este simpático personaje, con el ánimo de joder la marrana, decide dejar el diamante en herencia a su sobrina. Y aquí empieza la novela. La misma noche que la sobrina recibe la valiosa herencia, el diamante desaparece. La investigación del robo va dando saltos. Cuando parece claro que el culpable es uno, aparecen pruebas irrefutables de su inocencia. El final, como en cualquier novela policíaca que se precie (y ésta es la novela fundacional del género) resulta sorprendente. Me ha gustado mucho el juego que da recurrir a diferentes testimonios. Lo mejor: la socarronería de Betteredge. Lo peor: resulta una novela demasiado lenta, ¡ay! mi alergia a la literatura inglesa decimonónica.