sábado, 19 de noviembre de 2022

Bodas de Sangre

 Lo siento, me repelen las moderneces innecesarias. Cuando leí que Projecte Ingenu había hecho una "adaptación contemporánea" del texto de Bodas de Sangre, me llené de prejuicios. Pero Lorca no se representa todos los meses en Manresa y pillé una oferta de 6 euros la entrada.

Projecte Ingenu arropa el texto con un montaje visual y sonoro precioso. La adaptación del texto no me ha gustado, cambiar un caballo por una moto no actualiza para bien la historia. Recortarlo, menos. En algunos momentos, el taconeo del bailaor o la música pisan y hacen inaudible alguna frase. Quizás para hacerse perdonar los recortes a lo que escribió Lorca, el narrador añade fragmentos de otros artículos del autor.

Si quieres disfrutar del drama Bodas de Sangre, mejor que escojas una adaptación más fiel.

Si quieres disfrutar de un bello homenaje a Lorca, no dudes en ir a verla.


martes, 1 de noviembre de 2022

El castillo de Barbazul

Como ya me pasó con El cementerio de los libros olvidados o Millennium, al llegar al tercer libro de una serie, me llevo una decepción. Supongo que es el cansancio. No sé si el cansancio mío o el cansancio del autor.
En esta nueva peripecia de la vida de Melchor Marín, la damnificada es su hija. Después de haber hecho justicia con los que mataron a su madre y los que mataron a su mujer, tocará hacer justicia con los que harán daño a su hija. Empleo el futuro porque la acción transcurre en 2035. Y aquí aparece una de las cosas que me chirrían de la novela. Cercas no se ha atrevido a inventar qué pasará en el mundo dentro de trece años. Hace trece años, precisamente, se lanzó Whatsapp. Y solo nueve que se lanzó Telegram. En la novela se siguen usando las dos aplicaciones y, como en la actualidad, Telegram tiene una imagen más "alternativa". Claro que es mucho más fácil hacer ciencia ficción para dentro de cien años, cuando ya nadie podrá pedirte cuentas de tus predicciones disparatadas, que para dentro de quince.
La otra cosa que me chirría es la captación de sus compañeros de aventuras. Casi todos aceptan a la primera y sin poner pegas, como quien firma una petición en Change.org.