miércoles, 24 de diciembre de 2014

Dejad que los cadáveres se bronceen.

La historia de unos artistas que se han empeñado en joderse la vida aunque (o porque) la vida les ha sonreído, se cruza con la historia de unos mindundis a los que la vida les ha jodido y que creen poder enmendarle la plana a base de balazos. Una ensalada de tiros en la que deseas que todos acaben muertos.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Bala perdida.

De momento, creo que mi labor educativa como padre me está saliendo razonablemente bien: van sacando buenas notas, no tienen problemas graves de comportamiento, no dan muestras de ser infelices.. Por este motivo, puedo preocuparme por asuntos que pueden parecer secundarios. Una de mis pequeñas frustraciones está provocada por no haber conseguido inculcarles el placer de la lectura.
Uno de los libros que compré con ese objetivo fue "Bala Perdida", de Manuel Rivas. Al final, viendo que no había manera de que lo leyeran, decidí leerlo yo. A ver si así descubría por qué no se animan a leer. El libro tiene el inconfundible sello de Manuel Rivas. Es una novela de aventuras de las que me gustaban cuando yo tenía diez o doce años. La protagonista es una periodista intrépida, como Tintín. Aparecen piratas feroces pero con buen corazón. está bien escrita, bien ilustrada por Miguelanxo Prado. Tiene, en fin, todos los ingredientes para gustar a los niños. O eso creo, porque a los míos no les ha gustado.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Sentido y sensibilidad.

Empecé a leer el libro intentando vencer mis prejuicios. La etiqueta de "escritora para mujeres" que lleva Jane Austen me hacía, a priori, poco atractivo el libro.
A la muerte de un acaudalado señor, el reparto de su herencia favorece a su primogénito varón (hijo de un matrimonio anterior) y relega a la viuda y a las dos hijas del último matrimonio. El mazazo económico para estas tres mujeres es de tal calibre que, casi en la ruina, tienen que abandonar Londres mudarse a una casa en el campo en la que sólo podrán mantener tres o cuatro criados. Buf, con este planteamiento, me costará empatizar con las protagonistas. Empezamos bien  para vencer mis prejuicios.
La novela narra las peripecias de las dos mozas, ambas en edad de merecer, para conseguir marido. La autora derrocha ironía a raudales, retrata muy bien a los personajes; pero algo me hace el libro indigesto. Cuando las protagonistas deciden hacer una visita de ¡dos meses! a una amiga, noto una ligera quemazón en el cardias. Cuando unos personajes hablan de manera obscenamente abierta de los ingresos de otros, noto ardor de estómago. Hacia la página trescientos cincuenta de las trescientas setenta y seis, me da la arcada que me revela por qué un ingrediente tan selecto como las emociones humanas y tan bien tratado como lo hace la autora, me resulta incomestible. Por primera vez, en una novela en la que nadie da un palo al agua y se dan continuas fiestas, aparece nombrado un criado. Lo que me hace indigesta la novela es la sociedad que retrata: una sociedad en la que los menos favorecidos no existen. Son totalmente transparentes. Para los miembros de la sociedad en la que transcurre la trama, la pérdida de un buen caballo de raza es más importante que la de un buen criado. Creo que la colonización de América muestra a las claras la diferencia entre las "personalidades" de los países colonizadores. La Inglaterra retratada por Jane Austen colonizó América manteniendo una estricta segregación racial y social que contrasta con la colonización llevada a cabo en el sur por españoles y portugueses.