martes, 30 de noviembre de 2010

Mi idolatrado hijo Sisí.

Publicaba Elvira Lindo este domingo en El País un artículo en el que arremetía contra los que al convertirse en padres erigen a sus hijos en el único referente de sus vidas y de quien ose acercarse a ellos. Dice Lindo que esta nueva moda creará adolescentes agobiados por la sobreprotección de sus padres. Ha querido la casualidad que este fin de semana haya acabado de leer "Mi idolatrado hijo Sisí". Delibes demuestra que Lindo se equivoca, esta forma de educación no tiene nada de nueva.
Empieza la novela mostrándonos a un personaje pedante, hipócrita y egocéntrico: odioso. Hasta que tiene un hijo, y continúa siendo pedante e hipócrita, pero en vez de egocéntrico deviene en "hijocéntrico". Sigue siendo odioso. Llega la Guerra y el protagonista agudiza la pedantería, la hipocresía y el hijocentrismo; y en este punto comprendes que el único personaje sensato es él.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los pilares de la tierra.

Cuando alguien critica un Best Seller por el mero hecho de serlo, le recuerdo que Lope de Vega es el mayor creador de Best Sellers de la literatura castellana. Si opino que Los Pilares de La Tierra es un libro flojo, no lo hago por pedantería, sino porque me parece un libro insustancial. El libro ofrece al lector uno de los ingredientes más apetecibles: la venganza sin remordimientos. Los malos pierden, los buenos ganan y ni siquiera necesitan mancharse las manos de sangre con el castigo, de eso se encarga la Justicia. Si quieres disfrutar con una novela histórica en la que algunos protagonistas revolucionan un arte, te propongo que dejes la evolución del románico al gótico que nos presenta Ken Follet y te sumerjas el Me LLamo Rojo, de Orhan Pamuk. Con unos ingredientes parecido, elabora una novela mucho más deliciosa y sin pegarte un atracón de páginas.