jueves, 28 de mayo de 2009

Las alegres aventuras de Robin Hood.

De vez en cuando, me gusta retroceder al final de la infancia y darme un chapuzón en los libros que han aficionado a la lectura a mucha gente. A veces, disfruto como el enano que era entonces. Otras, como ahora, el batacazo es morrocotudo ¡Lo que me ha costado leer el libro! No se lo recomendaré a mis hijos. Además, si lo hiciese, me denunciarían por maltrato a la infancia por incitarles a la misoginia, el racismo, la violencia y el alcoholismo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Memorias de una dama.

Es el tercer libro que leo de Santiago Roncagliolo, creo son todas las novelas que ha escrito. Esta novela me recuerda más a los artículos que publica en El País que a "Pudor" o a "Abril Rojo", supongo que por los toques de humor. Cuenta las peripecias de un escritor novel al que contratan como negro para escribir las memorias de una señora dominicana. Me he divertido mucho y ya estoy esperando el cuarto libro de Roncagliolo (bonito texto para una fajita si fuese seguido de una firma ilustre).
Cambiando un poco de tema, me estoy cansando un poco del ombliguismo de los escritores: la inmensa mayoría de novelas modernas tienen por protagonistas a escritores. Vale que es bueno escribir de lo que se conoce, pero Verne escribió grandes novelas de aventuras sin moverse de Francia.

martes, 5 de mayo de 2009

Todo Modo.

En unos Ejercicios Espirituales en los que participan importantes personalidades políticas y económicas, durante el rezo masivo del rosario, se produce un asesinato. El juez de instrucción, ayudado por un comisario y un pintor ateo con el que estudió de joven, intenta identificar al asesino. Parece un planteamiento de cajón para una novela policiaca. En realidad no lo es. Leonardo Sciascia aprovecha este esquema clásico para mostrar la lucha intelectual entre un ateo y el arma más peligrosa de la Iglesia: un cura inteligente y cínico.