viernes, 5 de febrero de 2021

Zalacaín el aventurero

 Me lo he pasado teta.

Leí esta novela por obligación, como muchos, en BUP. Entonces me divirtió mucho. No estaba seguro de que 40 años después me atrapara igual, pero lo ha hecho. El protagonista es el típico pobre espabilado, valiente y simpático que le planta cara al ricachón engreído. Una versión  para las plataformas tendría éxito. Hasta daría para polémicas en Twitter. El antagonista es malo porque es carlista, es decir, protofranquista, dirían unos. El antagonista es malo porque es fuerista, es decir, protoindependentista, dirían otros. No faltaría el purista de izquierdas indignado porque la novela ensalza a un traficante de armas. Ni la feminista que se quejaría por el blanqueamiento de los matrimonios concertados.

Lo que no me ha gustado tanto ha sido la edición que he leído. Se han limitado a digitalizar alguna de las primeras ediciones. Conserva los anacronismos ortográficos como "fué" o la conjunción "é". Y no se han preocupado ni por aplicar las reglas correctas de separación de palabras al final de palabra. ¡Cómo añoro aquellas ediciones de Austral! Pero, claro, ésta era mucho más barata, gratis en Amazon Unlimited.