lunes, 27 de abril de 2009

Viajes por el scriptorium

Esta novela corta, o tal vez cuento muy largo, de Paul Auster es la más rara que he leído hasta ahora del autor, que ya es decir. Del título no hagas ni caso, como a Ruíz Zafón en La Sombra del Viento, se le ocurrió un título impactante y la única manera de asignarlo a la novela es reproducir el título de otra obra que aparece en la ficción. La habilidad para recrear la falta de meomoria del protagonista es admirable. Resumiendo: inquietante, clautrofóbica, sorprendente.

miércoles, 22 de abril de 2009

Filomeno, a mi pesar.

El protagonista, como yo, lleva un nombre que no está de moda en homenaje a un abuelo. Un inicio tan válido como otro cualquiera para que te apetezca leer un libro. El libro tiene momentos brillantes, como el conato de desorden público porque los espectadores reclaman "Ojos Verdes". También tiene alguna frase que me ha llamado la atención por su rabiosa actualidad "no es cierto, como se dice, que de la situación actual tenga la culpa sólo la torpeza yanqui". La novela es la autobiografía de un hijo de casa bien que consigue atravesar la Guerra Civil sin que la pólvora ni la sangre le molesten. Aún así, aunque todo parece salirle razonablemente bien, no puede despegarse de una tristeza que parece fruto del desarraigo.

viernes, 3 de abril de 2009

Algunos muchachos

He leído una recopilación de cuentos de Ana María Matute que publicó Salvat en una colección bastante popular en los años ochenta. Creo que es la misma colección, o con pequeñas variaciones, que publicó RTVE en los setenta.
No sé si la culpa es de la selección, pero uno llega a la conclusión de que Ana María Matute debió de ser una niña fascinada y horrorizada a la vez por la violencia de la vida rural.