domingo, 22 de julio de 2012

Los trabajos y los días.

Un amigo publicó en Facebook que había hecho de mecenas para la publicación de un libro de Lorenzo Silva mediante una iniciativa de crowfunding.La idea me pareció interesante, he leído varias novelas del autor que me han gustado y el precio de la edición digital (alrededor de tres euros) me parecía razonable.
Cuando se publicó el libro y me lo descargué, me llevé una decepción: no se trataba de una novela, sino de un blog convertido en libro. Quizás la culpa por no informarme más a fondo antes de comprar el libro. De todas formas, una vez descargado, pensé que cuanto antes lo leyera menos envejecido me parecería el blog (un genero moderno que en ocasiones está bastante pegado a la actualidad). La lectura resultó amena, las reflexiones, de Lorenzo Silva muy interesantes. La calidad del escritor, incuestionable. Pero cada vez que llegaba a un enlace al que no podía acceder porque estaba leyendo un libro en lugar de un blog, se renovaba mi decepción y recordaba que yo había querido comprar una novela.

jueves, 12 de julio de 2012

Te quiero personalmente.


Lo admito. Sucumbí a la atracción de los autores mediáticos. En mi descargo, he de decir que compré la edición de bolsillo.
El resultado es algo así como una novela de Tom Sharpe con algo más de sexo y ambientada en Madrid. Me he reido algo, pero bastante menos que en Wilt. He echado de menos los florilegios verbales que caracterizan a El Gran Wyoming cuendo ejerce de presentador televisivo.

lunes, 2 de julio de 2012

El observatorio.

Se lee de un tirón. Un cadáver, pistas que se dan gota a gota, un investigador capaz de pelearse con el mundo entero para poder salvar al mundo, terrorismo islamista. En fin una entretenida novela negra ambientada en la actualidad.

domingo, 1 de julio de 2012

La Isla de los Jacintos Cortados.

Los ingredientes son:

  • Un historiador que mantiene la teoría de que Napoleón no existió.
  • Una alumna del historiador enamorada del mismo.
  • Un compañero del historiador enamorado de la alumna enamorada del historiador que decide ayudar al historiador a demostrar su tesis utilizando técnicas esotéricas. Este tercer personaje es el narrador y protagonista.
En manos de Tom Sharpe o Eduardo Mendoza, de aquí saldría una novela descacharrante. En manos de Gonzalo Torrente Ballester, sale un alambicado ejercicio de estilo. La mezcla de relato intimista, realismo mágico y la abundante ironía tiene algunos momentos deliciosos, pero el resultado global acaba siendo cargante.