domingo, 21 de noviembre de 2021

La suerte del debutante

Esta novela uenta las desventuras de un adolescente a finales de los setenta al que la vida le golpea con el cáncer de su madre y el párkinson de su padre. El autor avisa de que todo es ficción. Hasta las ciudades en las que transcurre. Pero, que la gran capital se llame Barcino (como Barcelona en época romana), que la ciudad grande cercana se llame Iluro (como Mataró en ídem), que los precios estén en pesetas, que el mar esté cerca y otras cosas más, te hace pensar que la acción transcurre en el Maresme. Uno se hace una composición tan nítida del lugar, que cuando aparecen máquinas tragaperras (que a España no llegaron hasta el 81), o monedas de cien pesetas (que no aparecieron hasta mediados de los 80), en vez de recordar que es ficción, lo primero que pensamos es que es un error de documentación.

Al protagonista le envuelven todas las circunstancias (carencias económicas, malas compañías, ausencia de control parental...) para pasarse al lado chungo de la ley.

Como todas las novelas de Esteban Navarro, ésta se lee fácil, con avidez... hasta los últimos capítulos. El final de la novela resulta incomprensible.



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