domingo, 2 de mayo de 2021

La Fiesta del Chivo

Una buena novela en la que Vargas Llosa retrata el final de la dictadura trujillista en la República Dominicana. Lo hace narrando en paralelo los últimos días de Rafael Leónidas Trujillo Molina, las horas previas de los que prepararon en el atentado y el impacto brutal de la tiranía sobre una adolescente.

Por muy brutal, inteligente y fuerte que sea un tirano, para mantenerse en el poder necesita que haya suficiente gente que le apoye. Este apoyo viene de tres tipos de persona: los aprovechados, los miedosos y los fanáticos. Mejor dicho, estos son los tres factores de apoyo. En cada persona, y en cada momento, estas tres características se reparten a su manera.

Para que alguien se convierta en un tirano, necesita una masa crítica de fanáticos que crean en él. Son la base sobre la que sustenta una tiranía. Gente que cree que el tirano hará un país mejor sin haber recibido ninguna prueba.

El apoyo de los aprovechados se consigue repartiendo dádivas. El problema es que la ambición de los aprovechados es siempre creciente, más que el crecimiento económico que son capaces de generar las tiranías. Cuando ya se ha robado todo a los no afines, no puedes premiar a un aprovechado sin quitarle a otro. Cuando haces perder (dinero, poder, posición...) a un aprovechado, empiezas a perder su apoyo, pero lo puedes mantener con el miedo.

El apoyo de los miedosos se consigue con la amenaza de perder cosas: propiedades, libertad, seres queridos, la vida. Para que sea efectivo, las amenazas deben cumplirse de vez en cuando. Si no, dejan de ser creíbles. Y tienen que ser crecientes, cuando te han quitado una cosa, no te la pueden volver a quitar. Pero llega un momento en que el amedrentado ya no tiene nada que perder y, entonces, deja de tener miedo.

Todo este entramado de aprovechados y amedrentados acaba socavando el fanatismo. Llega un momento en que es imposible no ver que el tirano roba y castiga a los que no lo merecen (ni siquiera a ojos de los fanáticos).

Como una regla casi matemática, las tiranías se dirigen hacia su colapso. Este puede llegar de manera abrupta, con una revolución. O de manera ordenada, con una transición, Para que se produzca una transición, hay que gestionar los mismos factores que auparon la tiranía. Que los que tienen sigan teniendo mucho, aunque sea algo menos. Que los que no tienen tengan algo. Que los que amenazan serán los amenazados si triunfa la revolución. Que los que se pueden rebelar serán duramente castigados si no triunfa la rebelión. Que la transición es una maravilla de concordia y paz.

Mario Vargas Llosa retrata a Joaquín Balaguer como un magnífico muñidor de la transición dominicana. Cuando el país se dirigía al caos tras el atentado en el que murió Trujillo y la brutal represión indiscriminada que le sucedió, Balaguer hizo que todo el mundo tragara suficientes sapos como para encaminar el país hacia la democracia. Balaguer fue el mayor sapo que se tragó la sociedad dominicana al evolucionar de Presidente Pelele a Presidente Democrático.



No hay comentarios:

Publicar un comentario