domingo, 11 de julio de 2021

Eloísa está debajo de un amendro.

Una comedia que me hizo sonreír al principio. Diálogos chispeantes que me llevaban a las películas de Berlanga. Pero, a medida que avanzaba la trama, todo se volvió demasiado surrealista. Habla del declive de una clase social que ya no se parece ni a lo que era entonces ni a lo que pintaba el autor. Era moderna entonces. Como esos muebles que en los setenta nos parecían futuristas y ahora nos parecen arcaicos.



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