domingo, 18 de octubre de 2020

La tía Tula

La Tía Tula es de esas novelas que te explican en el bachillerato, pero no te hacen leer. Se hizo una película en 1964, con éxito de crítica, pero fracaso de público.

Es una novela corta, 108 páginas si le descontamos prólogos y epílogos. En pocó más de 100 páginas, Unamuno consigue que algunos vean una novela sobre el protofeminismo, otros sobre la libertad, otros sobre el deber. Los más osados, sobre el deseo y el erotismo reprimidos. Para mí es una novela sobre el fanatismo. La protagonista tiene muy claro cuál es su obligación. Aunque ese deber no sea el que le imponga la sociedad. Cuando ese deber choca contra su felicidad y la de quienes la rodean, se impone el deber. Ahí empieza el fanatismo. El peligroso y poderoso fanatismo. Porque el fanático honrado resulta muy atractivo. Es coherente, es constante. Nadie osa contradecirle. Y nunca duda. A mí, el que nunca duda me da mucho miedo.

No sé si aconsejar la novela. El escenario nos queda muy lejano para los lectores actuales. Es fácil que te aburra. La solterona abnegada por motivaciones religiosas nos parece un personaje caduco. Pero, bueno, son sólo 100 páginas. Si no te gusta, no te hará perder mucho tiempo. Y si te gusta, te hará pensar. 


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