domingo, 18 de junio de 2017

Patria.

Antes de que sigas leyendo, una advertencia. Estos meses en Cataluña se habla mucho de dos productos culturales de título muy similar: Pàtria y Patria. La primera es una película que presenta el nacimiento de una patria, con su leyenda, su épica, sus glorias. En definitiva, un producto destinado a fomentar el orgullo de ese mérito aleatorio que supone haber nacido en un sitio. La segunda es una novela que presenta, entré otras cosas, los desmanes que se pueden cometer en nombre de ese orgullo patrio.
Yo vengo a hablar de la segunda, que la acabo de leer.
La novela presenta la vida de dos familias rotas por un asesinato terrorista: la del asesinado y la de uno de los participantes en el atentado.
Es una obra de ficción. No tiene que demostrar nada. No tiene que ser objetivo. Los que critican la novela por alguno de estos motivos, se equivocan. El objetivo de la novela es intentar hacer sentir al lector el drama de las dos familias afectadas. Los que se sientan más próximos a Miren, leerán la novela con doble incomodidad: la provocada por la culpa y la provocada por la derrota. Los que se sientan más cercanos a Bittori, la leerán con dolor, pero con un punto de orgullo.

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