El innombrado protagonista de "El laberinto de las aceitunas" y "El misterio de la cripta embrujada" se ve envuelto en un nuevo caso. En este caso, un asesinato. Parece que Eduardo Mendoza empezaba a coger cariño a su personaje: el comisario Flores ya no puede amargarle la vida, come con más frecuencia, hasta los negocios le van mejor.
Eduardo Mendoza vuelve a aprovechar esta combinación de humor y novela policíaca para burlarse de la alta burguesía barcelonesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario