viernes, 14 de julio de 2017

La pena máxima.

En el mundial de Argentina, yo tenía 12 años. Se me puede perdonar que sufriera por el no gol de Cardeñosa y no por las atrocidades de la dictadura militar (¿existen dictaduras no militares?). Pero creo que fue vergonzoso que el mundo del fútbol mirara para otro lado. Solo la escandalosa victoria de Argentina sobre Perú atufó un poco las insensibles narices de la UEFA.
Esta novela transcurre en Perú, durante ese mes en el que el país adormecido por el fútbol iniciaba unos tímidos e inseguros pasos hacia la democracia.
Roncagliolo nos lleva al primer destino de Félix Chacaltana, el puntilloso y reglamentista fiscal que me atrapó con Abril Rojo. Nos muestra un Perú ya jodido, en el que ya nadie pregunta a Zavalita cómo ocurrió. Los militares abren la puerta a regañadientes a la democracia, pero no dudan en recurrir a la ayuda de sus salvajes vecinos. En un clima tan inseguro, el tímido, cobarde, apocado y débil Chacaltana logra descubrir quién mató a su amigo guiado únicamente por susentido del deber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario